sábado, 2 de agosto de 2008

¿HACIA DÓNDE VAMOS?¿QUÉ BUSCAMOS?


¿CONSTRUÍMOS UNA ESCUELA INTELIGENTE?

Primera parte




La mayoría de los docentes nos hemos embarcado -a través de años en el ejercicio de nuestra profesión-, en innumerables corrientes y propuestas... A veces nos hemos embanderado tras una u otra corriente por propia convicción..., en otras ocasiones, por decisiones que no dependían de nosotros... Pero no dudo que, en casi todos los casos, hemos tenido una meta en común: mejorar (o, como está de moda ahora, optimizar) ese proceso llamado enseñanza – aprendizaje... Lo cierto es que siento y creo que en esto coincidiremos, la mayoría de nuestros esfuerzos han sido solitarios, costosos y, muchas veces nos han implicado algunas confrontaciones y problemas...
¿A qué viene todo el prolegómeno anterior? Al verdadero motivo que me llevó a indagar un poco más sobre la postura de David Perkins. Busqué e indagué algunas cosas en Internet y, en muchos de sus dichos, me encontré pensando: “¡Dice lo que sentí o pensé mil veces!”...
“Escuelas inteligentes son las que se mantienen atentas a todo posible progreso en el campo de la enseñanza y el aprendizaje”. (Perkins, David. “La escuela inteligente” .Barcelona: Gedisa, 1995)
La escuela inteligente debe tener tres características indispensables: a) Estar informada: todos sus actores saben que es fundamental el pensamiento, aprendizaje y el funcionamiento óptimo de la estructura y la cooperación escolar.
b) Ser dinámica: no necesita sólo información sino espíritu. ¿Qué significa esto? Que las medidas que se toman tienen por objeto generar energía positiva en la estructura escolar, en la dirección y en el trato a maestros y alumnos.
c) Ser reflexiva: “es un lugar de reflexión en la doble connotación del término: atención y cuidado. En primer lugar, quienes la integran son sensibles a las necesidades del otro y lo tratan con deferencia y respeto. En segundo lugar, la enseñanza, el aprendizaje y la toma de decisiones giran en torno del pensamiento.” (D. Perkins, "LA escuela inteligente"). Una escuela con estas características puede plantearse, sin dificultad, tres objetivos para sus alumnos: retención, comprensión y uso activo de los conocimientos adquiridos...
Entonces, me surge la pregunta: ¿Y, a través del tiempo, no ha sido siempre el objetivo escolar la adquisición de los conocimientos? La respuesta es obvia... sí... Entonces, ¿por qué – a través de los años- subsiste el pensamiento pobre?
Como respuesta a esto, el autor, afirma que el pensamiento pobre se produce como consecuencia de algunas deficiencias en los resultados de la educación: Haremos mención a una de ellas: la adquisición del conocimiento.



En este aspecto, hace una clasificación basada en lo que creo que todos coincidiremos. A) Los estudiantes no recuerdan, no comprenden o no usan de modo activo lo supuestamente aprendido: Es lo que llama conocimiento frágil; B) el conocimiento olvidado: aquel conocimiento ha desaparecido de la mente de los alumnos que alguna vez lo tuvieron y podrían haberlo recordado; C) conocimiento inerte: aquel debiera recordar para utilizarlos en situaciones que así lo requieren o que admiten más de una respuesta posible y, por último, D) aquel conocimiento que los alumnos captan pero con total superficialidad: el conocimiento ingenuo. En contraposición, propone que la escuela inteligente debe promover el llamado conocimiento generador, es decir aquél “... que no se acumula sino que actúa para enriquecer la vida de las personas y ayudarlas a comprender el mundo y a desenvolverse en él”(Perkins, D)
Siguiendo con el análisis de la postura de D. Perkins, otra causa profunda en la deficiencia del sistema educativo estaría dado en que se privilegia la capacidad y el rendimiento, por lo cual el aprendizaje dependería ante todo de la inteligencia de la persona (y yo agregaría de su entorno familiar y económico) y no de sus esfuerzos aún cuando en la vida necesitamos de un modelo centrado en el esfuerzo...
. “El entorno –los recursos físicos, sociales y simbólicos que se hallan fuera de la persona– participan en la cognición no sólo como fuente de suministros y receptor de productos, sino como vehículo del pensamiento.(...). El remanente del pensamiento –lo que se aprendió– se encuentra en la mente del alumno y en la disposición del entorno. No obstante, se trata de un aprendizaje genuino. El entorno, en un sentido real, sostiene parte del aprendizaje”. (D. Perkins) Entonces... me pregunto ¿Tenemos en cuenta esto en nuestra labor docente cotidiana?
A esta altura del artículo, seguramente se preguntarán y cómo relacionar esto con las TIC. “¿Por qué los estudiantes no aprovechan , las oportunidades brindadas por las diversas tecnologías? Porque, con harta frecuencia, las tecnologías se presentan como una especie de arenero cognitivo, y lo que proponen es construir lo que se pueda dentro de él. Pero ni en los alumnos ni en la tecnología existe una función ejecutiva que los oriente para reconocer y aprovechar las oportunidades(D. Perkins). Me atrevo a agregar, la mayoría de los docentes (entre los que me incluyo) con la mejor de las intenciones ¿no hemos propuesto “areneros cognitivos” utilizando las nuevas tecnologías? ¿cuántas veces, sin ser realmente esa nuestra intención, hemos “recreado” con las NTIC, antiguas actividades sin tener en cuenta brindar las herramientas para que nuestros alumnos puedan transferir conocimientos, cambiar sus roles, realizar un trabajo colaborativo... ?
David Perkins, se pregunta:” ¿Y por qué los estudiantes tienen en un principio dificultades para trabajar productivamente en grupos cooperativos?” Y responde afirmando: “Consideremos sus experiencias previas. Inicialmente, hicieron lo que ellos mismos o lo que el maestro querían. Pero el aprendizaje cooperativo plantea nuevos problemas respecto de la distribución de la función ejecutiva en el grupo. Si desean funcionar bien , los estudiantes necesitan, con una guía adecuada, encontrar poco a poco su camino dentro de pautas de consenso, resolver los desacuerdos y otras cosas similares” ¿No es esto uno de los tantos puntos en los que la escuela está fallando? ¿No se habla con tanta preocupación del individualismo de los jóvenes, hacemos desde la escuela algo para realmente modificarlo? ¿Se está promoviendo la colaboración, la cooperación? ¿No será éste uno de los núcleos basales de las dificultades? Es algo para seguir reflexionando...
¿Estamos realmente fomentando desde todos los ámbitos y disciplinas escolares el trabajo por proyectos en el que se incluyan diferentes disciplinas, en los que interactúen alumnos desde diversos roles ( intercambiables en el tiempo), donde cada uno aporte desde su diferencia, desde su “fortaleza” y acompañe y guíe al otro en sus dificultades? ¿Estamos realmente embarcados, desde todos los ámbitos educativos, en fomentar la acción conjunta, grupal, solidaria? Si me lo cuestiono es porque creo que, aunque siempre intenté hacerlo, no estoy segura de haberlo hecho bien... Me lo replanteo...
Sí sé o siento que, a pesar del esfuerzo y la “pérdida de tiempo”(algunos lo han considerado así) los momentos que en mi práctica más pude acercarme a ello fue en el trabajo por proyectos interdisciplinarios...Tengo muy en claro que, en esas oportunidades no descuidé los contenidos disciplinares pero privilegié los transversales... ¡Y los productos finales nos emocionaron y sorprendieron a todos: alumnos y docentes embarcados en esa “locura” y, lo mejor fue que se sostuvieron en el tiempo!
Aunque el aprendizaje centrado en un proyecto parezca una empresa demasiado complicada para montar en una clase, es posible extraer, de todos modos, un sinnúmero de beneficios de esta perspectiva de la persona más el entorno” (David Perkins).


Muchas preguntas , reflexiones y replanteos... Pocas respuestas... Ppor mi parte, este tema seguramente continuará... Te invito a que reflexionemos juntos desde nuestra práctica cotidiana... y tal vez, sólo tal vez podamos transformarlo en trabajo colaborativo




Fuentes consultadas: Adaptado de Perkins, David. La escuela inteligente. Barcelona: Gedisa, 1995

5 comentarios:

Virginia Campos dijo...

Graciela!
Leer tu escrito alimenta la esperanza para continuar!

Esta vacaciones me están sirviendo de etapa reflexiva y me están dando un nuevo impulso para comenzar la segunda etapa en un colegio donde espero poder aplicar lo que tengo planificado para estos meses.

Yo también siento las palabras de Perkins. Y es verdad que no es fácil llegar a alguna conclusión.

Esperemos poder continuar con el trabajo colaborativo! Si no lo hacemos nosotros, después no podemos pedirles a los chicos que lo hagan.

Cariños
Vir

Elsa Tommaso dijo...

Graciela:
Excelente tus reflexiones y las comparto. Me encantò tu trabajo!!!
Un beso
Elsa T.

Elena dijo...

Excelente como siempre!!! Graciela, en un todo de acuerdo con tus reflexiones y a mi en particular en mis prácticas docentes se me plantan interrogantes como los tuyos, creo que cuando el trabajo es colaborativo se enriquece mutuamente y desde distintas ángulos, desde lo que cada uno puede aportar y poner lo mejor de sí.
Me encantó tu perfil, estas cosas hacen que uno torme más humano todo esto de la "Informática", y saber que detrás de estos blogs, hay corazones latiendo, el amor a la familia, a los alumnos a la tarea que nos congrega hoy.
Una vez más te felicito!!!, por el blog y los trabajos presentados.
Elena

Laura Machabanski dijo...

Este ida y vuelta del texto a tu práctica educativa, me permitió comprender más profundamente, los conceptos de Perkins.
me gustó mucho tu trabajo
Laura

Gaviot dijo...

Graciela, como siempre, muy claros tus conceptos. El análisis de los materiales se enriquece cuando los atravesás por tu propia experiencia. No coincido del todo con vos cuando afirmás que obviamente a través del tiempo el objetivo escolar ha sido la adquisición de conocimientos. En nuestro país, por ejemplo, la escuela como institución ha sido una de las estrategias de dominación para la formación del estado nacional hegemónico. Pero entiendo que lo decís en el sentido que le dá Perkins en el texto. Sí coincido plenamente en colocar como central el fracaso de la escuela y de nosotros como docentes al promover el aprendizaje colaborativo. Cuando te preguntás: "¿cuántas veces, sin ser realmente esa nuestra intención, hemos “recreado” con las NTIC, antiguas actividades sin tener en cuenta brindar las herramientas para que nuestros alumnos puedan transferir conocimientos, cambiar sus roles, realizar un trabajo colaborativo... ?" vino a mi mente la experiencia que tuvimos como alumnos en este último módulo. Como lo comenté en el artículo de Virginia, tengo la sensación que este fue el módulo con menos participación, retroalimentación y construcción colaborativa de conocimiento. Y me pregunto si no nos pasó lo que vos tan bien planteás: ¿será que propusimos “areneros cognitivos” adapatando viejas costumbres a las nuevas tecnologías? Bien, acepto tu invitación y sigamos pensando en nuestras prácticas como docentes pero también como alumnos. Muy inquietante tu artículo. Saludos. Fabi